martes, 27 de noviembre de 2007

FLORES Y MALAS HIERVAS





En estos tiempos en los que se confunde el más con el mejor y el dinero es el único rasero por el que se mide el valor de las cosas.
En estos tiempos en los que nada es verdad si no lo dice la tele.
Crecen como flores de entre el hormigón los verdaderos sabios de la cotidianidad, verdaderos genios del día a día que hacen que sea mas sorprendente el espectaculo del circo de la vida. Maestros en conocimientos aplicados que como a Sócrates, a ninguno le hizo falta irse a la quinta avenida para darse cuenta de que ni O sin canuto, ni huevo frito con encajes. Admirables flores a las que desprecian aquellas malas hiervas que se hacen llamar intelectuales. Ramoncines de 40 gigas, discos duros ambulantes repletos de datos inutiles e innecesarios, con los que ni se vive, ni se come, ni se bebe.

Resulta que ahora la intelectualidad
se ha puesto tan de moda
que no haber leido a Gala
es toda una deshonrra.
Y todos presumen de tener,
en sus estanterías repletas,
kilos y kilos de papel
manchados con tinta negra,
por plumas de poetas
que le dieron la espalda a la luna
para ganar un planeta.
Ahora...
que le pregunten al gordo
que robaba bocadillos en la escuela
si alguna de esas flores
se libró de un mamporro
por saberse de memoria
el estudiante de Espronceda.
Que le pregunten ahora que sus cafés de Gijon
son los corrales de la Pacheca.


1 comentario:

antonio chipi dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.